Tattoos temporales al alza.
Los que ya tenemos unos años recordamos con cariño la ilusión que nos hacía encontrar dentro de nuestro snack preferido una calcomanía o tattoo temporal.
Entre 1960 y hasta la década de los 80 tuvieron un gran éxito comercial y se podían encontrar en productos alimenticios enfocados a
los más jóvenes.
A cualquier niño o niña le gusta la idea de incorporar ,temporalmente , en su piel algún dibujo o motivo de su agrado, reforzando de alguna manera su personalidad única como individuo.
Las nuevas técnicas de desarrollo, sus costes asequibles, y su atractivo innato los convierten en un elemento poderoso a la hora de potenciar la adquisición de cualquier producto. Ya sea con motivo de una campaña concreta o simplemente como regalo promocional, consigue atraer el interés de los consumidores.
Guardian lleva años trabajando con los tattoos temporales y hemos visto cómo ha sido su evolución. Estas son algunas de las cosas que hemos aprendido por el camino.
El tattoo temporal, en Europa, tiene estatus de producto cosmético y debe cumplir con los mismos estándares de calidad que los cosméticos en su composición. Todos los materiales que los componen deben de ser aptos para el uso en contacto con la piel.
Antiguamente todos los tattoos temporales eran de los llamados “húmedos”, hacía falta aplicar agua (o saliva...) para desencadenar la adherencia. A pesar de que siguen siendo los más exitosos, hoy en día existen también los tattoos “secos”, los cuales no necesitan del medio acuoso para transferirse.
El tattoo siempre debe de ser de calidad, los colores, las líneas, la adherencia, el diseño...de no ser así, el producto que lo contiene se verá resentido en su imagen y en la percepción de marca.
En Guardian, hemos utilizado los tattoos temporales como ítem promocional durante años, si leyendo esto te ha surgido alguna duda ¡no dudes en preguntarnos!